
El ciclo de la vida productiva del alcornocal comienza con la extracción de su corteza, la llamada “saca del corcho”, que se realiza en la fase más activa del crecimiento del corcho, desde mediados de mayo hasta mediados de agosto.
Son necesarios aproximadamente 25 años para realizar la primera saca del corcho del tronco del alcornoque. Pero no será hasta la tercera saca –cuando el árbol tiene entre 40 y 50 años- cuando se obtiene el corcho con las propiedades adecuadas para la producción de tapones de calidad.
La saca del corcho es un proceso ancestral que debe realizarse por profesionales y se ejecuta en 6 etapas:
Periodo de reposo. Después del descorche, las planchas de corcho son apiladas en el bosque o en astilleros dentro de alguna fábrica, se deja reposar durante un tiempo superior a los seis meses y tras este periodo entra en la cadena industrial.
Desde la plancha hasta el producto final, el corcho pasa por un conjunto de etapas que se diferencian en función del tipo de tapón. Los tapones de corcho natural se fabrican a partir de la perforación de una pieza única de corcho, en cambio los tapones técnicos se fabrican a través de un aglomerado de gránulos de corcho, al que se le puede añadir discos de corcho natural.
Esta operación se realiza siguiendo las indicaciones del cliente para imprimir texto y/o logo en la superficie del tapón. El sistema de marcaje puede ser impresión a tinta, fuego o láser. Posteriormente, se trata la superficie del corcho con parafina o silicona para facilitar la introducción y extracción del tapón en el cuello de la botella, y mejorar el aislamiento.
Para la producción de tapones técnicos es necesario dividir el proceso en tres fases diferenciadas: la producción de discos de corcho natural que se colocan en uno de los extremos, la fabricación del cuerpo con corcho aglomerado y el montaje del tapón.
Las planchas de corcho que se usan para la fabricación de los discos, se seleccionan y hierven siguiendo un proceso idéntico al utilizado para la fabricación de tapones.
Posteriormente, se cortan las dos caras de la plancha a fin de obtener capas de corcho suave y uniforme de unos 6,5 mm de espesor. Estas láminas son perforadas mecánicamente en círculos que serán los discos del tamaño de los tapones que se quieren elaborar.
Los discos pasan a continuación una selección óptica para dividirlos según sus características en cuatro clases de calidades. Después se procede a su lavado y secado, y se almacenan en silos hasta su uso.
El cuerpo del tapón técnico está formado por gránulos de corcho de gran calidad derivados de la perforación de los corchos naturales.
A través de máquinas trituradoras se producen gránulos con un diámetro de 3-7 mm. Acto seguido, éstos se aglomeran con una cola que adhiere y cohesiona el granulado. Finalmente, se sigue uno de los dos procesos habituales para la fabricación del cuerpo que es o bien a través de la creación de una barra de aglomerado o bien a través de moldes individuales.
Los discos y los cuerpos se colocan en la maquinaria de montaje que selecciona el lado del disco que estará en contacto con el vino, que siempre es el de mayor calidad.
El tapón ya montado se somete a un proceso de secado y, tras él, se inicia una fase de rectificación dimensional del tapón. Posteriormente se sigue un proceso de selección, marcaje, tratamiento superficial y embalaje similar al que se sigue con los tapones naturales.
La industria del corcho tiene una amplia gama de tapones que están disponibles en varios tamaños y formatos, con el fin de adaptarse a la gran variedad de botellas de vino y cava. Los tapones de corcho se pueden agrupar en las siguientes categorías:
Cilindro de corcho natural, extraído por perforación de una plancha de corcho.
Tapón de corcho natural con los poros sellados con polvo de corcho para mejorar el aspecto visual y el rendimiento del tapón.
Tapón constituido por un cuerpo de corcho aglomerado y por discos de corcho natural, en uno o en ambos extremos.
Tapón de corcho natural o aglomerado, que tiene en uno de sus extremos una pieza que puede ser de distintos materiales: madera, PVC, metal, vidrio, etc.
La industria española del corcho destaca por incorporar los más altos patrones de calidad en sus diferentes fases y etapas, desde la extracción hasta el producto final: el tapón.
Para ello, el sector del corcho en España cuenta con innovadores procesos de calidad, nuevas fábricas y tecnología punta para conseguir que su producto llegue al consumidor en óptimas condiciones.
La producción del tapón de corcho es un complejo proceso que exige un riguroso control en las diversas fases del producto. La garantía de dicho control tiene como principales objetivos:
La mayoría de las empresas disponen de departamentos técnicos integrados por licenciados en biología y química que controlan que todo el proceso se desarrolle de acuerdo a los más estrictos criterios de calidad. Los productos acabados están sujetos a un exhaustivo test que incluye un análisis visual, de humedad y dimensiones, un análisis microbiológico y un análisis sensorial, entre otros.
Estos test son fundamentales para garantizar el cumplimiento de las normas internas de la industria que, a su vez, velan por el cumplimiento de unos requisitos técnicos cada vez más rigurosos.
El sector corchero ha implantado un sistema de buenas prácticas taponeras: el Systecode, que garantiza que todo el proceso de fabricación de un tapón de corcho se ajuste a unas reglas impuestas por técnicos y expertos independientes para confirmar las condiciones óptimas de fabricación del producto.
La certificación Systecode se asegura mediante auditorías anuales por parte de un organismo externo, que certifica la calidad del producto y la calidad en el proceso.